-¿Qué tiene usted que ver con la mafia ruso-georgiana?
-Nada.
-¿Por qué ha sido detenido?
-Supongo que necesitaban un cerebro español que idease toda la trama financiera y lo han encontrado en mí.
-¿Es consciente de la presunta pertenencia a las mafias del Este de algunos de los clientes con los que trabaja?
-No.
-¿No lo era, o no lo es?
-Sigo sin ser consciente de que estos señores estén metidos en asuntos ilícitos. En la documentación que hemos manejado, desde la oficina, nunca hemos visto nada raro.
-¿Por qué cree que su nombre ha sido el que más ha trascendido de toda la operación, por ser el único español?
-A nivel de Salou ha sido un tema político. A nivel nacional, como le decía, supongo que tenían que encontrar algún cerebro que lo organizase todo desde aquí.
-¿Tendrá más cuidado a la hora de escoger a sus clientes?
-A partir de ahora, si trabajaba veinte horas, trabajaré 22, pero no cambiaré nada. De haber visto algo irregular, yo mismo lo habría llevado a la Policía. A mí me han llegado muchos documentos de políticos, informaciones contrastadas y sorprendentes, que podían hacer verdadero daño y siempre las he rechazado. Esa forma de actuar no va conmigo.
-¿Cuál es su papel en el gratuito L’Esclafit?
-Soy un colaborador.
-¿Y con su empresa editora, Artis Costa Dorada S. L., cuyo administrador único es otro de los detenidos?
-Es uno de mis clientes.
-Sin embargo, el domicilio fiscal de la empresa coincide con el de su asesoría.
-Seguramente. Hay otros clientes que también tienen su domicilio fiscal en mi asesoría. Eso es algo normal.
-¿Su carrera política se ha acabado?
-Sigo adelante para reafirmarme en lo que soy. En la política se necesitan personas que digan lo que sienten. El objetivo de nuestro partido es explotar los puntos de encuentro.
-¿Qué es lo que más le ha dolido?
-Que no hubiese ni una cámara cuando salí en libertad. Sí las había cuando me detuvieron.
-¿Qué ha aprendido?
-Me gustaría hablar con personas de las que he escrito ciertas cosas, dialogar más con ellas, conocerlas mejor.
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