El polèmic traspàs d’un xiringuito a un cunyat de la regidora de Platges,
Julia Gómez, tensa encara més el pacte CiU-PP, segons publica avui el Diari de
Tarragona. La informació es fa ressò de la picabaralla que ahir es va produir
en una reunió extraordinària de la junta de govern, convocada amb caràcter
urgent per l’alcalde, Pere Granados, per demanar-li explicacions al seu soci de
govern, el pepero Mario García, per haver qüestionat aquesta operació. Tot i
que anteriorment hi havia votat a favor. La tibantor regnant i l’intercanvi de
retrets va provocar que Mario i els dos regidors que l’acompanyaven, Marc
Alarcón i Pedro Lavilla, abandonessin la reunió. Reprodueixo la notícia de Javier
Díaz:
La ruptura es total entre CiU-Fups y PP en el equipo de gobierno del ayuntamiento de Salou. Resulta incoherente, un paripé, que todavía sigan juntos. Pierden demasiado tiempo en enfrentamientos a veces pueriles. Ahora se han enfadado por el traspaso de un chiringuito de la playa de Ponent al cuñado de la concejal de Platges, Julia Gómez (CiU-FupS).
La junta de gobierno acordó por unanimidad este traspaso el 15 de abril, dado que la anterior concesionaria alegó estar enferma. Esta semana, el portavoz popular y primer teniente de alcalde, Mario García, ha cuestionado esta operación. El alcalde Pere Granados convocó ayer una reunión extraordinaria del equipo de gobierno para pedirle que «diese las explicaciones oportunas». Al poco de empezar la sesión, que fue muy tensa, García y los otros dos concejales del PP, Marc Alarcón y Pedro Lavilla, se fueron.
Alrededor de dos horas después, la web del consistorio publicó una nota de prensa en la que los miembros de CiU-Fups del gobierno local afirman que «es indigno que un concejal que aprueba un punto del orden del día y lo ratifica en el acta de aprobación de la posterior reunión del gobierno (22 de abril) haya querido introducir confusión haciendo pública su disconformidad. Miente en el sentido de su voto, que siempre ha sido favorable».
Y añaden que una vez más reprueban «este comportamiento de deslealtad y nula colaboración, que solo fomenta controversia y pérdida de confianza».
A falta de dos meses para que se cumpla la fecha pactada entre CiU y PP para que García releve en la alcaldía a Granados, los ánimos están muy crispados. El relevo cada día es más improbable. Es obvio que ambos grupos no se pueden ni ver, aunque, de momento, libran la batalla pública a través de comunicados. Hace tres semanas, CiU y Fups emitieron cuatro consecutivos pidiendo al popular que abandonase el equipo de gobierno tras la marcha del PP de la concejal Reyes Pino. El PP se defendió con otro y García realizó declaraciones a los medios de comunicación. Granados no se pronunció públicamente.
La duda es cuándo y cómo se romperá definitivamente este matrimonio de conveniencia.