diumenge, 26 d’agost del 2018

La Passejada per la República, segons PP i Cs




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Un reducido pero valeroso batallón de patriotas, que siente en lo más profundo de su ser la nación española, reventó ayer una manifestación independentista cuyo único objetivo era romper la unidad del sacrosanto imperio. Los valientes se las tuvieron con los secesionistas nada más comenzar la revuelta, en el muelle de la preciosa villa marinera tarraconense de Salou, y que los independentistas, con su asonada, pretendían mancillar. Pese a las provocaciones y saña de los amotinados, nuestros heroicos leales, cuya noble abolengo se remonta a la época de los carolingios, contuvieron sin descanso las arremetidas de las hordas republicanas. Uno de los momentos cruciales de la algarada se produjo frente al monumento de Jaime I, erecto en tiempos de nuestro aflautado caudillo, cuando nuestros bravos muchachos, acompañados por los coros y danzas de la región aragonesa, desbordaron a los sublevados al canto de “El paseo no se toca”. Esta osada y resolutiva reacción descompuso a los insurrectos, quienes llegaron ya sin fuerzas al final del insigne paseo donde les esperaban nuevas legiones de adeptos que, bandera española en ristre e impasibles al ademán (bueno, al alemán y al inglés y al francés, porque había muchos turistas en el paseo en ese momento) les cortaron el acceso a las escaleras de la fuente luminosa, instante en el que los insurgentes, visiblemente derrotados y viendo la causa irremediablemente perdida, huyeron despavoridos en desbandada. ¡Españoles todos: ayer comenzó a escribirse una nueva página en la historia de Salou dentro de nuestra España una, grande y libre!

(I ara la careta de sortida.)